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Morada IV: Edulcorantes restringidos
Ese febrero yo hacía trabajo de oficina, con almuerzos femeninos de oficina, lo que es igual a comidas vigiladas, y a las indigestas...


Un chico puede verlo perfectamente
1. Se alejaron los fuegos. En mayo, por la constelación de Tauro, sobre un claro de tejas incandescentes...


La comedia solitaria
Agonía y visiones existenciales: una vez visto (te morís muy joven) ya sos una de las primeras estrellas. Pero la religión te pone en proble


Morada III: De cero a gore
Las estacas embarradas se afirmaron. Esas quedaron, como fósiles de una sociedad inestable, un heterogéneo agrupamiento de ansiedades...


Océano
1. A mi tierra no la he visto, pero me han mostrado fotografías. Con ellas aprendí a escribir...


Las arrugas del silencio
Después de tantas llamadas vino un silencio que inundó la sala. Miré y vi a mamá apoyar la agenda en la mesa delicadamente, como si se le...


Morada II: Chau
I Los ruidosos vecinos de enfrente se mudaron y ahora chillan las cotorras encaramadas a los árboles de la cuadra. Si pasa un avión,...


Rivera-Rodas
Aún no tengo familia. Seguramente la tuve, y por eso a menudo me pongo a rastrear las imágenes inventadas de la niñez: para saquear las...


Morada: Sincro
I Como si pasara un camión, se abrió la ventana del balcón y como si corriera el chucho atrás de un pajarito, entró una ráfaga decidida,...
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